Las historias de Tata Mundo representan con eficacia las idiosincrasias, las costumbres, la mentalidad y el lenguaje de los hombres y mujeres de la patria del personaje. Su humor e ironía nos hacen sonreír y reflexionar sobre lo que hemos leído. Es sorprendente ver cómo algunas de las expresiones idiomáticas utilizadas revelan una visión excepcional del estado de ánimo de los personajes.
Las historias de Tata Mundo disfrutan de un lugar privilegiado en la tradición picaresca universal. Compara con las mejores obras del Siglo de Oro de España y en muchos lugares revela la preferencia del autor por ellas. En términos de nuestra literatura, nos recuerda al viejo Vizcacha, en Martín Fierro. Pero Tata Mundo es una persona más noble y mejor. Él puede ser generoso. Su consejo siempre nos enseña una lección. Él ofrece al lector una educación en moralidad y comportamiento correcto ".
(Andrés J. Abad) Tomado de Las historias de Tata Mundo, Editorial Costa Rica 1966, 2da edición.