La Costa Rica precafetalera, lejos de ser una arcadia de la pobreza igualitaria, es una sociedad dinámica, contradictoria y de grandes desigualdades sociales; en donde el poder, sustentado en el derecho, modela un tipo de individuo y comunidad por lo que crea subjetividades como el respeto a la ley, la autoridad, el orden, la obediencia, la estética y el control de sus cuerpos y sus pasiones.