En un sótano oscuro y húmedo, la muerte queda suspendida. Un viejo está allí, encerrado desde hace mucho tiempo. Alguien lo observa, ve el deterioro de su cuerpo, oye sus voces interiores mezcladas con las infinitas voces que rondan en la ciudad. El inicio de la historia, en la niñez del viejo, lleva a la vida gris de su madre, a Laura, su primer y único amor, la vida en la escuela, la parálisis ante el mundo que lo rodea, en el que se confunden la existencia del padre que nunca le dijo nada, el suicidio de Laura, la ciudad en la que los pasos lo conducen siempre al mismo sitio. A medida que avanza la narración, el viejo y un personaje que comparte su encierro, se van fundiendo en una sola identidad, inseparable, hasta unirse en el irremediable instante de la muerte, cuando las goteras de las tuberías del techo se abren en un torrente imparable que todo lo inunda. El sótano, es una novela en la que se construye una dolorosa alegoría de la soledad, inserta en el movimiento de la ciudad, en cada una de las existencias aisladas al lado de los otros.